Mi bautismo NAF
(Por Fernando Radzi)
Rubén González había organizado para el mes de Noviembre 2016 Torneo Itinerante en Puerto Madryn, Provincia en la que vivo, pero en su otro extremo. En Chubut la particularidad de sus extremos son: de la Cordillera a la Costa. Sigue el curso de las Aguas.
Hasta ese momento yo era ajeno al “Mundo NAF”.
Un mes antes aprox se comunica conmigo un aún desconocido Camilo López, a quien tenía en el Facebook como Camilo Aguas Frías, o similar, para consultarme que, si iba al Torneo Itinerante, que se hacía en una Pile, pudiera llevar conmigo a dos amigos de él, que vendrían descendiendo la Cordillera, uno de Zapala (Mario González) y la otra de El Bolsón (Luz Celeiro).
Así se fue gestando un viaje “solo ida” (yo no lo sabía), en cuya organización un grupo de personas que nadaban en agua fría habían conseguido alojamiento en donde está la Armada en Puerto Madryn, que es sobre la Costa.
Dos días antes que Mario y Luz lleguen a Trevelin para continuar viaje juntos me surge una reunión por trabajo en Rawson (a 90 kms de Madryn, hacia el lado de la Costa). Eso impactó especialmente en la organización (desorganizándola) y la logística. En apretada síntesis, el día que arribaban por la tarde a Trevelin, yo tendría que salir a la noche a Rawson (tenía la reunión a la mañana del día siguiente). Para concretar el viaje les dejé un lugar a Luz y a Mario para que pernocten en Trevelin, de nuestro espacio, y a Mario le dí las llaves de mi camioneta para que, a la tarde del día siguiente, me pasen a buscar por Trelew, y yo me fui esa misma noche en micro a Rawson. Insisto, los conocí personalmente esa misma tarde, y quedaron en la confianza que el Agua genera, pernoctando en mi casa y a cargo de mi vehículo que manejaría 600 kms al día siguiente para pasar a buscarme.
Y así fue…
Al día siguiente el Plan no falló, y a primeras horas de la tarde me estaban pasando a buscar por Trelew. Al llegar a Madryn estaban en ese lugar rústico de la Armada nuevos amigos que lo serían para siempre: El Seba Rodríguez (Viedma), Walter Ruano (TDF), el mismo Camilo (CABA), Omar Cisneros (Bahía Blanca), el mismo Rubén González (La Matanza, conurbano bonaerense) no recuerdo exacto si Quique Quiñigual, y recién llegados nosotros de Zapala -Neuquen- (Mario), El Bolsón -Rio Negro- (Luz) y Trevelin -Chubut- (quien te escribe), una locura de la Natación cosmopolita, te imaginarás la primera sorpresa, emocionaba ese espontáneo Encuentro con gente que yo estaba conociendo para toda la Vida, la suerte sellada, muy a mi favor, el resto era entregarse a la Amistad y la dicha de la Vivir
Olvidé referir, que al llegar a Madryn pasé a buscar a una amiga, profe de Natación (era la única persona que conocía de antemano), que vivía allí. La invité para que nos encontremos y lleve el neopreno por si pintaba una nadada. Así es que llegamos también con Carla Cerchi (Puerto Madryn -Chubut)
En definitiva, llegamos al campamento de la Armada en mi camioneta Luz, Mario, Carla y yo. Allí nos encontramos, por vez primera, con quienes te mencioné antes, de los distintos lugares, y como en todo primer Encuentro entre gente del Agua, y como forma de (re) conocimiento, una de las primeras cosas que hicimos fue una salida al Mar. Lo teníamos a escasos metros.
Carla, baqueana del Agua local, nos guió a unas Grutas re flasheras a las que sólo podía accederse en marea baja, y lo que más me impactó fue que, excepto Carla y yo, todos los demás se metieron y nadaron en cuero “como si nada, y como se nada”.
Me fui a dormir en el Campamento de la Armada con todas las impresiones de una larga jornada retumbando en mi cabeza. Viaje noche anterior en micro, reunión laboral en la capital de la Provincia, unos desconocidos que me pasan a buscar con mi vehículo, un encuentro con varios otros desconocidos de distintas partes del país, y con todos ellos, al Agua, y dentro de ella ver gente que la disfrutaba “en cuero”. Y, al menos para mi, el Agua a 13°c, en aquellos tiempos era más que fresca. Fría.
Dormí, en bolsa de dormir, en una cucheta triple de chapa, de apretadas dimensiones, triple. Desperté espontáneamente a las 7 AM, todos alrededor dormían, por lo que fui a asearme tranquilo en soledad. Cuando lo estoy haciendo, reviso mis mensajes y me llega al celular una foto: un termo, un mate, sobre un pedregullo (típico de las costas patagónicas) y el Mar de fondo. Me llega por Whatsapp de ese Camilo López que apenas comenzaba a conocer. “Ahí voy”, fue mi respuesta, y me cambié para ir a matear. “Traete la malla”, fue el mensaje que luego recibí.
Al llegar a la Playa (a escasos metros del edificio donde dormimos) estaba Camilo solo, y, efectivamente, me convida un mate. Recién estaba amaneciendo. Mientras hablábamos (insisto, recién llegaba a la Playa, eh?), no más de dos mates, me dice “trajiste la malla?”. Ante mi respuesta afirmativa, me agrega, “mirá, es un momento de sol, sin viento, un buen momento para entrar la Agua”. Como yo no era NAF, allí comenzó lo que sería mi bautismo, mientras me hablaba de la importancia de la respiración profunda para bajar las ppm metimos los pies. Me empezó a describir con gran precisión las sensaciones que yo iba transitando, primero las agujetas en los pies. Cuando afirmé que sentía los pinchazos me dijo de meternos hasta las rodillas. Al rato de hacerlo me preguntó si seguía sintiendo aquellas agujetas en los pies y, ante mi respuesta negativa, me dijo de seguir hasta la cintura, y así habrá sido una inmersión lenta, en etapas, tal vez la más “trabajada” y explicada en cuánto a sus manifestaciones al meter la zona del pecho en el Agua (por el trabajo de la zona cardio, y que las extremidades iban a quedar en lugar secundario en cuanto a la irrigación sanguínea).
La cosa es que, tras una inmersión lenta, y agradable, bien llevada por Cami, de unos 10′, nos pusimos a nadar, y estuvimos otros 20′ nadando ida y vuelta, en forma distendida, pausada, placentera, no sintiendo ni un poco de frío, y si todo placer, una sensación nueva, que me llenaba de energía, a cada brazada más energía la acompañaba. Hermoso y enorme descubrimiento, que siempre le voy a agradecer, por su generoso modo de orientarme, a Camilo.
Mientras nadábamos con Camilo apareció Luz en la playa, que entendió enseguida todo lo que estaba pasando, ella lo conocía a Camilo desde antes, y de su autoría son las fotos que se ven en el post de Camilo y yo nadando en esta primera inmersión/incursión a la NAF, sin retorno.
Fue tanta la energía que generó ese estado emocionante que produce el Agua Fría que, a mi que me gusta fondear, y con Luz, que nos unía la misma vocación, salí del Agua y, tras secarme al Sol, me calcé ahí si el neopreno y salimos con Luz a hacer un hermoso Fondo en Mar abierto de unos 3.500 mts, los dos solos, llevando el mismo ritmo, con la visita en un momento de un lobito marino, y salimos del Agua solamente porque se estaba viniendo en el horizonte una tormenta eléctrica.
Esa mañana del 25/11/2016 no me la olvidaré jamás. El agradecimiento será para toda la Vida, y aquel viaje, también inolvidable, será, lo puedo afirmar con toda la contundencia, para Siempre.
PD: soy Camilo y me tomo el atrevimiento de agregar que tuve el privilegio de acompañar en ese momento a Fernando y ser impactado por su sorpresa y felicidad de tal manera que lo considero uno de mis nados más felices y no dejo de agradecérselo.